No podía ser, estaba claro. Mientras tomamos café y corregimos exámenes escuchando la radio española por internet, de repente un pffffffffffff y de nuevo cortes de luz. Una hora ha durado. Justo cuando nos enteramos de que una empresa austriaca va construir 3 centrales hidroeléctricas en el sur de Albania…
Corregir exámenes es muy difícil. Un examen de lengua, sobre todo si no es el examen típico de rellenar huecos, es muy complejo. No todos los errores tienen la misma importancia, hay que marcarse una serie de metas (si nos hemos pasado todo el cuatrimestre usando el presente, presentándonos, describiendo físicamente al compañero de al lado… se supone que habría que saber hacerlo en el examen…), pero también hay que valorar el «riesgo» de los alumnos, su trabajo en clase, el estrés típico de todo examen… De todos modos, la diferencia entre lo que se enseña y lo que se aprende es considerable. Uno no puede pretender que todo lo que se ha explicado en clase sea asimilado por todos los alumnos, pero no deja de ser un tanto frustrante ver que tus «esfuerzos» para que les entre en la cabeza por ejemplo una estructura no se vean recompensado/reflejados en el examen.
Pero hay algo que me cabrea mucho. Y es que los alumnos no se fijen. Es una cuestión estratégica más que de conocimientos. Si les escribo en la pizarra, para que les sirva de ayuda, una serie palabras que van a necesitar ¿por qué se empeñan en escribrilas mal?, sólo tienen que levantar la vista y copiarlas tal cual… Si saben que se escribe » cuántos años…» y lo hacen bien, ¿por qué unas líneas más abajo dicen «tengo 20 anios»? Si en el enunciado del ejercicio dice «Pedro ha tenido un mal día, cuenta lo que le ha pasado» según una serie de dibujitos, y encima durante el examen les insisto en ese pretérito perfecto del enunciado, para que se fijen en que se forma con el presente de haber+participio del verbo, y machaconamente les hago ver que el participio regular termina en -ado o en -ido (fijáos: tener=tenido, pasar=pasado)… ¿por qué luego hacen el ejercicio mal?
Lo primero que haé cuando retomemos las clases será llevarles sus propios exámenes, para que vean que la mayoría de los errores que cometen no se deben a que no sepan, sino a que son no se fijan…
Yo recuerdo cuando hacía exámenes de ingles en el insituto o de francés en la universidad… La mitad de las veces mis redacciones eran refritos del típico texto con preguntas de verdadero/falso que ponían para hacer comprensión lectora. Cogía de él palabras o frases enteras, me fijaba en cómo se escribían, en cómo se formaban los tiempos verbales que me hacían falta, o cómo se formaban los plurales o…
Ya digo que no se trata de saber más o menos sino de ser un poco vivos y saber aprovecharse de lo estúpidos que son los exámenes escritos de lengua. Lo que uno sabe de una lengua no puede medirse así, pero está claro que en este tipo de exámenes no se miden los conocimientos sino la destreza personal para sacarlos adelante con más o menos fortuna. Si por ejemplo tuviéramos que responder a las preguntas de este texto, aun sin entender una palabra podríamos hacerlo a la perfección y sacar un diez:
Plot ro yo pedrí en el catón. Socré un ban cote. El graso estaba cantamente liniendo. No lo drinió. Una Para jocia y un Pari joci estaban plinando a mi endidor. Estaban gribblando atamente. Yo grotí a Pari y a la Para fotnamente. No groffieron nu platión. Na el hini yo no putre licrelo. Yo lindré vala. Possrí fobanamente.
Preguntas:
1. ¿Dónde pedrió el escritor Plot ro?
2. ¿Drinió al graso?
3. ¿Quién estaba plinando a su endidor?
4. ¿Estaba gribblando sapamente o atamente?
5. ¿Lindrió o no?
(Texto de Daniel Cassany, visto en este artículo del blog Más palabras)
Respuestas:
1. En el catón.
2. No, no lo drinió.
3. Una Para jocia y un Pari Joci.
4. Atamente.
5. Sí, lindró, lindró vala.
A la imaginación de cada uno luego lo que quiera venir a ser lindrar, plinar, atamente, etc, como aquel célebre y ya un tanto manoseado cuento de Cortázar…
Ah! Otra cosa. Haber estudiado un poco también ayuda.