Al otro lado del pupitre en el #CEHele6

El otro día me tocó abrir el programa del VI Seminario de formación de profesores de ELE que organiza el Centro de Estudios Hispánicos de Sarajevo, en colaboración con la Filozofski Fakultet, donde doy clases, y la Embajada de España en B-H.  Y no se me ocurrió nada mejor que ponernos a reflexionar sobre cómo hemos aprendido idiomas los que hoy ejercemos como profesores de ELE.

cehele6

[click sobre la imagen o aquí para ir al prezi]

Después de poner un poco de marco propuse a los asistentes dos sencillas metáforas: pensando en sus experiencias como aprendices de lenguas extranjeras en el aula ¿qué animal serías? y ¿qué superpoderes desarrollaste/qué superhéroe serías?

Aunque algunos intentaron llevar la cosa por el lado optimista, la verdad es que lo que más salió fueron tortugas, monos y loros de repetición por una parte y hombres y mujeres invisibles por otra (y algún que otro batman que adquiere herramientas de aprendizaje entre las sombras). Da que pensar, ¿no?

@mariaparrula, positiva como es ella

El taller debería haber terminado, tras hablar de lo que nos gustaba o no nos gustaba como estudiantes en clase de idiomas, viendo si hay alguna correspondencia o coherencia entre cómo éramos y cómo actuamos como docentes. Pero no nos dio tiempo y, en realidad, cada uno sabe en qué tipo de profesor se va convirtiendo con el paso del tiempo, si en el que siempre quiso ser o en el que odiaba; yo solo quería hacer pensar.

Anuncio publicitario

A vueltas con la expresión escrita en el aula de lenguas extranjeras

«En realidad, en la vida normal, cuántas cosas escribimos…»

Estoy dándole forma al artículo que recogerá mi participación en el Seminario de formación de profesores de ELE que el Centro de Estudios hispánicos de Sarajevo organizó en abril. Estuve hablando de un asunto que me interesa desde distintas perspectivas, la expresión escrita. En concreto cómo se trabaja esta destreza en el aula de lenguas extranjeras, planteando cuestiones acerca de lo que normalmente se lleva al aula como práctica de «expresión escrita» y enfrentándolo a lo que escribimos (y cómo, por qué, para qué…) fuera del aula.

Creo que las creencias de los profesores en general están estrechamente ligadas a sus experiencias como estudiantes y a su paso por la escuela y que las rutinas de nuestras clases de lengua (la materna sobre todo) en la etapa escolar impregnan nuestra actuación como profesores de lengua para extranjeros.

La frase que abre este post está extraída del trabajo de investigación que Guillermo Gómez (en las redes le conoceréis por su «Profesor en apuros» y su nombre de tuitero @cometa23) presentó como memoria final de máster: «Las creencias de los profesores de ELE acerca de la práctica de la expresión escrita«. Se reproducía la frase en la transcripción de la entrevista con la profesora que se prestó a ser su «conejillo de indias» para el estudio de caso (p. 75). En el trabajo, Guillermo se ocupa de contrastar el sistema de creencias de un profesor de ELE y su práctica en el aula a través de la observación de una clase. Las palabras que he entresacado me chocan. ¿Cuánto escribimos hoy en día? Mi respuesta no puede ser otra: nunca se ha escrito tanto como ahora. Otra cosa es el qué, el cómo, el por qué y el para qué.

Ando, pues, leyendo y releyendo textos sobre la expresión escrita como el de Guillermo para redactar mi artículo. Y también tengo que rescatar las reacciones y las intervenciones de los que participaron en la ponencia. Recuerdo que hubo debate porque algunos de los asistentes se resistían a considerar, por ejemplo, la comunicación de mensajería móvil como un tipo de texto digno de ser trabajados en el aula de ELE e insistían en la importancia del texto «de inspiración» más que la del texto «útil». Mi postura no es la de desterrar completamete del aula la producción de textos de corte literario o periodístico (sin embargo, las «redacciones» sí deberían estar prohibidas). Lo que creo necesario es que toda actividad debe estar contextualizada y pautada de manera que sea realmente significativa. Y más la práctica de una destreza tan necesaria. De esa forma, tal vez evitemos que el estudiante se sienta estúpido escribiendo textos sin sentido, como yo en mi curso de bosnio de A1 (que terminé abandonando) donde mi profesora me ponía redacciones como esta de la foto, en la que tenía que describir a un personaje de mi país. Mientras hacía los deberes en casa -a regañadientes, pero es que no sabéis cómo se ponía la profes si no llevabas los deberes- pensaba que a mi profesora se le había olvidado explicarnos por qué, para qué, a quién, qué tipo de texto… teníamos que escribir.

redaccion

Y para tener más material sobre el que pensar, he montado un pequeño cuestionario que, si has llegado hasta aquí leyendo, seguro que no te cuesta nada contestar (no es necesario ser profesor para contestarlo, basta con haber estudiado alguna vez una lengua extranjera) ¡Gracias!

En el V seminario de formación de profesores de español organizado por el CEH Sarajevo

Los chicos del Centro de Estudios Hispánicos de Sarajevo llevan ya varios años montando unas jornadas de formación para profesores de ELE. El último se ha celebrado este fin de semana. Han sido un par de días intensos, porque participar en estas jornadas significa ir a las sesiones que componen el programa, pero también supone conocer a un montón de gente, intercambiar ideas, charlar, tomarse unas cervecitas, comer, pasear por la ciudad, discutir… Siempre he pensado que en este tipo de encuentros tan importante es el programa oficial como el off.

Ha sido una experiencia curiosa por la heterogeneidad de los participantes: profesores de ELE de diversos ámbitos, nativos y no nativos, y que ejercemos en países distintos: Bosnia-Herzegovina, pero también Croacia, Albania ¡y hasta Canadá!; profesores de otras lenguas; hispanohablantes de otros ámbitos que están por aquí a los que les interesa el tema; algunos estudiantes universitarios atraídos por la didáctica de las lenguas extranjeras; estudiantes de español de niveles avanzados que tal vez piensan «nunca se sabe… ¿y si llega un día en el que me dedico a dar clases de ELE?» y que además así aprovechaban para conocer a otros hispanohablantes de la región.

Una de las asistentes me comentó que le había gustado especialmente porque todo le había parecido muy prático y «llevable» a la clase. Y es verdad, todos los ponentes partíamos de nuestras experiencias en el aula y comentábamos los aciertos y los obstáculos de nuestra propuestas, escuchábamos cómo mejorarlas, añadíamos las sugerencias de los otros…

Yo estuve hablando de un asunto que me interesa desde hace tiempo y que he comentado por aquí en otras ocasiones: cómo trabajamos la expresión escrita en el aula. En el fondo lo que me pregunto es cómo hacer que el aprendizaje de lenguas sea verdaderamente significativo para el alumno. Me monté un prezi para ilustrar y provocar la reflexión sobre el tema, imperfecto e incompleto, sobre todo sin todo lo que se contó y discutió durante el taller, que os dejo aquí.

Como siempre en estas jornadas de presentación nos extendemos mucho en explicar nuestros puntos de partida y nuestro marco teórico y como calculamos (yo por lo menos) muy mal el tiempo, la parte interesante, la de trabajar entre todos, la de escuchar lo que los demás opinan o entienden, la de intercambiar ideas, siempre se queda corta. Menos mal que siempre se sigue charlando con los más interesados, picando algo, fumando entre sesiones (yo ya no!) o vaso o botella en mano!

En twitter hay algunas impresiones de la sesión del sábado que hicieron algunos compañeros y desde la propia cuenta del @CEHsarajevo en directo usando estas etiquetas  . (El domingo no había wifi).