Telenovelas vs Breaking bad en clase de ELE

La primera clase que hago este año con los principiantes en la universidad de Sarajevo ha estado llena de perlas. El programa de la asignatura es super Gramática&traducción, old school a tope, aunque la profesora responsable me deja autonomía en clase para «practicar lo que ella da» en las «horas serias» de clase. Así que como sé que en seguida se aturullarán con el artículo y sus usos y formas, cuándo se pone y cuándo no- cosa que además de compleja para empezar les trae de cabeza porque en su lengua no hay artículos-, para que no odien las clases de español desde el día 0 suelo dedicar la primera hora a hacerles ver lo que ya saben en español, que suele ser mucho más de lo que yo sabía de su lengua y su cultura el primer día que me senté en un aula a aprenderla.

Así que primero me presento; les explico con mil gestos y dibujillos lo que serán mis horas y les pido que escriban. Normalmente no empezaría a escribir hasta que llevásemos unas cuantas semanas, pero aquí no mando yo. Les pido, pues, que escriban 3 nombres de personas «famosas» de España e Hispanoamérica, 3 lugares y 3 comidas y bebidas. Hoy he añadido al combo 3 palabras o frases.

Evidentemente, en la primera cuestión lo que más salen son nombres de futbolistas. Y son nombres estupendos, porque Piqué y Casillas y sirven, por ejemplo, para que se den cuenta de que hay un sonido, /k/, que se escribe de dos formas distintas. Y luego sale, a lo mejor, Garsía Márques, y casi siempre un Servantes. Y así hay excusa para hablar de sesear y cecear, de la ce y la ese. Y Paulo Coelho- y entonces les digo que, oh, sorpresa, es brasileño! y no vale. Inevitables son también los Iglesias, padre e hijo, que también vienen muy bien porque así sale la «qu+e» del niño y la maravillosa jota del primero de la saga, Julio, y no Hulio, como lo suelen escribir. Shakira, Penélope Cruz, etc son también personajes fijos. A veces el más malote menciona al Che Guevara, aunque casi nunca lo saben escribir.

Luego el fútbol sigue haciendo favores al estudiante novato y en el apartado de lugares salen todas las ciudades con equipos españoles en primera división. Y descubren que Barcelona y Valencia empiezan con dos letras distintas pero que representan al mismo fonema. Y así sigue la clase, con los burritos, tortillas, fajitas, tacos, tequila, mojito y sangría de rigor, todo muy aprovechable ortográficamente.

En el último apartado, el de las palabras o frases en español que conocieran, la hegemonía del binomio pasteloso telenovelas/música latina es aplastante: te amo, mi amor, maldita, te extraño, yo soy tu madre, la gente está muy loca… Les he dicho que en «yo soy tu madre» estaba todo lo que iban a ver en el primer semestre: presente, posesivos, vocabulario relacionado con la familia… y que si ya se lo sabían nos podíamos ir. Nos hemos reído todos mucho y eso está muy bien en la primera hora con principiantes.

Hasta ahí todas las primeras clases en casi todos los países en los que he trabajado como profesora de ELE hasta la fecha han sido muy parecidas. Pero hoy me han alegrado el día tres referencias no telenoveleras: alguien ha dicho desde las últimas filas «Luke, yo soy tu padre». Otro había escrito solo nombres de personas relacionados con la cultura: Borges, Dalí, Frida Kahlo (ya me doy con un canto en los dientes). Y una chica ha dicho «Los pollos hermanos».  ¡Viva Breaking bad!

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