«We want more» o «pero bueno, si nos hemos pasado media hora»

No llevo reloj. El primer año que trabajé como profesora me regalaron uno y me parecía algo imprescindible; siempre se me dio muy mal calcular el tiempo y mi gran temor era no tener material suficiente para toda la clase. Los 60 minutos a veces se estiraban como un chicle sin sabor, otras veces pasaban volando. Un par de cursos después abandoné el reloj (creo que se le acabó la pila y nunca compré otra, debe estar en algún cajón en casa de mis padres). Tenía ya más o menos en la cabeza lo que daba de sí una hora de clase y siempre podía preguntar a los alumnos qué hora era. Además hay algunos movimientos entre los estudiantes que te dicen que ya se acaba, que se tienen que cambiar de clase; cierran ellos solos los cuadernos, se empiezan a impacientar. Y hay ruido en el pasillo, o alguien abre la puerta del aula a ver si ya has terminado… Y no me va mal asi.

Hoy he empezado mi clase a y cinco y no en punto- hay una especie de mini pausas tácitas que tienen los estudiantes para cambiar de aula, o salir a fumar, o picotear algo rápidamente-. Los chicos han ido llegando con cuentagotas. En la clase anterior hablamos de los objetos cotidianos y les hice el clásico «lo que llevo en el bolso» (algo como lo que se hacía en los blogs En mi bolsillo (que empezó en 2005) o Objetos personales (de 2007); por eso lo de «clásico»). Como Mary Poppins, fui sacando de mi bolso y dejando en la mesa objetos normales (bolis, llaves, cascos, agenda, monedero…) y otros menos habituales (un ajedrez plegable, una manzana…); expliqué el vocabulario, practicamos algunas estructuras y les pedí que, en casa, vaciasen sus bolsos, hiciesen una foto y buscasen, si no lo conocían, el nombre de sus pertenencias. Así que hoy hemos proyectado sus fotos y hemos estado hablando de ellas. Les he enseñado también algunas fotos sacadas de un grupo de flickr y hemos hecho hipótesis sobre cómo serían sus dueños. Luego hemos hablado de cómo organizar todo ese vocabulario nuevo… Total, que cuando me he querido dar cuenta había pasado una hora y media y allí seguían mis estudiantes, sentaditos, atendiendo, preguntando, participando, sin mostrar esos signos de incomodidad de «ya es la hora». Nadie ha venido a echarnos, creo que éramos una de las pocas aulas ocupadas en la facultad a esas horas.

collage lo que llevo en el bolso

El otro día le pasó algo parecido a mi compañera de fatigas. Los estudiantes al acabar la clase, su primera clase de español en la universidad, le dijeron: «we want more».

Nos dejan sorprendidísimas estas reacciones. ¿Cómo que «we want more»? ¿Cómo es eso de que no queráis salir escopetaos del aula, a la calle, a los bares, a donde sea menos seguir encerrados en la apolillada universidad? ¿De dónde sale esta «supermotivación»? Es tan raro como lo de que al terminar la clase los estudiantes se te acerquen para decir «gracias». Nadie me había dado las gracias por una clase antes de llegar a mi actual destino. Ni yo había dado las gracias a ningún profesor en una clase normal- y probablemente alguno se lo merecía-.

Una de mis conclusiones es que les tratamos como personas y nos preocupamos por ellos bastante más que algunos estirados y dignos profesores titulares que pululan por los pasillos de la facultad. Otra de las conclusiones es que las clases les deben parecer divertidas o interesantes, no sé. O que somos la novedad: extranjeras, no muy revenidas aún… El caso es que es un gustazo salir así de clase. Y que da mucho más qué pensar.

Anuncio publicitario

Micro-actividades ELE (IV): estímulos visuales para…

¿Os toca presentar en clase el vocabulario de los muebles o utensilios de la casa? ¿la descripción de objetos? ¿las acciones cotidianas? Acabo de ver este proyecto y se ha disparado mi imaginación.

Lo normal es que el diseño esté pensado para solucionar un problema (A).

  • La taza donde podemos mojar galletas sin romperlas:
  • El jersey para poder caminar abrazado y calentito:

Pero (B) también podría usarse para hacernos imposibles actos cotidianos como comer:

Posible explotación de (A): se enseñan imágenes de los objetos, se describen, se reparten en la clase en pequeños grupos que trabajan en la campaña de promoción: se le pone nombre a objeto, se graba/redacta/representa un spot a lo teletienda: «¿Cuántas veces le ha pasado que al ir a mojar en el café su galleta preferida ha tenido que romperla…? Eso no volverá a ocurrir con la nueva taza…»

Posible explotación de (B): se enseña una galería con algunos de los objetos ¿qué tienen en común? ¿cuál os gusta más? ¿a quién se los regalaríais? ¿se os ocurre algún otro objeto incómodo?

Imágenes potentes como estas seguro que disparan la curiosidad y las ganas de hablar/escribir/hacer/imaginar/compartir de los estudiantes.

Micro-actividad ELE (I): a partir de una foto

Creo que todo profesor de ELE que se precie tiene una especie de deformación profesional que le hace ver la vertiente didáctica de cualquier cosa, hasta de una pintada en la puerta del cuarto de baño de un bar. Inauguro una nueva sección en el blog (al que no le hago mucho caso últimamente), la de las mini-actividades. En ella iré poniendo periódicamente esas ideas que, como fogonazos, se me ocurren cuando veo materiales (textos, fotos, vídeos, canciones, etiquetas de champú…) interesantes

Micro-Actividad ELE (I): a partir de una foto.

Se enseña a los alumnos esta foto (a mí me llegó a través de twitter):

imagen ultra-retuiteada (http://goo.gl/nLGl2)

imagen, ultra-retuiteada, de @_Paisajes_ , de National Geographic

Se pide a los alumnos que intenten dar una explicación a la foto. Se les anima a convertir en una historia la hipótesis más convincente [exp. escrita]. Se compara esa historia con la versión real. Se les anima a contar otras historias sorprendentes que conozcan. Si no se les ocurre ninguna, pueden buscarla en la red (Hay un montón de colecciones de imágenes y breves historias, como esta).[exp oral]

OBJETIVOS: Desarrollo de la exp. oral o escrita / Contar una historia / Práctica de tiempos pasados («En 1914, un niño dejó la bicicleta encadenada a un árbol para luchar en la guerra. Nunca regresó»); expresión de hipótesis («a lo mejor…», «yo creo que…», «tal vez…») / expresión de opiniones («Yo creo que tu historia es la mejor» «A mí parece que eso no es verdad» «Yo no creo que sea verdad…») /…