El precariómetro (o precarizómetro) es una idea original de AarónPérez (@APLinguista) para poner un poco de humor a la triste situación laboral de los profesores de español como lengua extranjera. Para ofertas en las que los requisitos superan con creces a las condiciones; ofertas abusivas, poco claras, con salarios birriosos o directamente ilegales, usemos uno de estos:
En el precariómetro que he dibujado hay 8 niveles que van desde lo menos a lo más precario:
- Mundo ideal, que como todos sabemos, no existe. Se puede dar en el extranjero, pero cada vez menos.
- Justicia. Como la justicia es ciega, no ve, la pobre, lo mal que estamos. Rara avis.
- Moralidad, porque una cosa es lo que hay que pagar «por convenio» y otra pensar si con ese sueldo se puede vivir dignamente. ¿Existen puestos de trabajo así?
- Legalidad: Igual que Pfff pero con contrato y sueldo «según convenio».
- Pfff: tienes que ser autónomo (eso que se ahorra la empresa y que a ti nadie te paga) o te hacen contrato pero… haces clases en empresas (en polígonos a los que tienes que ir en tu coche, si tienes), casas particulares y sede, de 8.00 h a 22.00 h, sin tiempo par comer ni tener vida social (ni vida a secas).
- Morro: Como 5 pero sin contrato, o con un contrato de otra cosa (¿administrativo?), cobrando miserias, siendo despedido y recontratado sin fin… y sacando a los estudiantes de marcha.
- Timo: Como 6 pero ya descaradamente en negro y si lo quieres bien y si no pues mira, hay un montóń de filologos en paro deseosos de trabajar y, si no, me vale cualquiera, si total, enseñar la lengua propia no es tan difícil, lo puede hacer cualquiera… Y haces clases por skype con tu ordenador y los datos de tu smartphone. Y tortillas de patata. Y talleres de flamenco.
- Estafa: casi hasta pagas por currar, y los estudiantes, si viven contigo, oye, pues mucho mejor.
Ya decía Peret que era preferible reír que llorar. Ele, feliz comienzo de septiembre (y de curso para los que empiecen ahora).