Llevo la mañana rellenando unos informes que nos han pedido en la facultad sobre la actividad investigadora, de formación e innovación de los profesores del departamento. Se supone que ser profesor en una universidad es más que el hecho de dar clases; que uno sigue formándose, que participa en este o aquel seminario, que participa en grupos de trabajo, que publica artículos… lo que sea. Y se supone que esto se hace por seguir apendiendo, por mejorar la calidad de las clases, por interés en determinados temas… Se supone.
La realidad es que si no les obligaran, la gran mayoría de los profesores no haría nada. La realidad, al menos es así donde estoy ahora- y donde he estado antes-, es que la mayoría de los profesores intentan escaquearse al máximo de todo (los hay incluso que se «fuman» las clases como el estudiante más vago). Y hay muchas razones. La principal es económica: como me pagan dos duros, hago lo mínimo. Pero hay más razones para no hacer nada: desidia, pereza, orgullo, falta de iniciativa de interés o de ideas…
Eso sí, la normativa es así, y hay que rellenar informes con la actividad formadora (esos congresos autoreferenciales donde los profesores leen para sus aburridos colegas con los que toman café a diario lo mismo que han escrito en un powerpoint), de capacitación y mejora de la calidad de enseñanza (con lo que los profesores que no tienen aun doctorados y tal se apuntan a másteres y terceros ciclos, obligados), de publicaciones (esos artículos repetidos y refundidos y con el titulo cambiado en actas de congresos autoreferenciales) y de innovación…
Me hace particularmente gracia que nos pidan una relación de las actividades relacionadas con la «innovación» en una facultad donde la biblioteca lleva cerrada por obras más de un año, donde en la sala multimedia nueva que están montando está todo listo, «menos los cables» desde hace meses- y por lo tanto sigue cerrada-, donde «no hay presupuesto» ni para tóner de fotocopiadora pero, sobre todo, donde ni siquiera hay calefacción y nos pelamos de frío en invierno
¿Quieres innovación? Cuida tus instalaciones, ten contento a tu personal y a lo mejor, sólo a lo mejor, los profesores y los estudiantes se pondrán a hacer algo más que acudir a clase con desgana.
Y todo esto viene a cuento de que la mayoría de las actividades que estamos intentando mover por aquí tienen que ver con el aprendizaje informal: ¿En qué casilla podemos poner que estamos fomentando la alfabetización digital a través del blog o del grupo de facebook o del wiki? ¿en cuál podemos incluir el trabajo del grupo de teatro? ¿En cuál ponemos que vamos a montar-si finalmente no se «desmotivan» los interesados-un grupo de trabajo sobre el uso de la PDI en clase?
Y de esto me he puesto a pensar ya en mi propia formación. Cuando terminé la tesina me dije a mí misma que no me metería a redactar la tesis, que me quedaría ahí. ¿Por qué? Mi tutora nunca llegó a leerse la versión final – le habían operado de miopía justo en esa época a la pobre- y las profesoras que estuvieron en el tribunal lo único que me dijeron era que «era un tema muy bonito del que nunca habían oído hablar». Pues muchas gracias. ¿Tres años de cursos de doctorado e investigación para eso? Colgué el texto en internet, lo he seguido retocando y he añadido otras cosas… Ahí está. El tema, efectivamente, es muy bonito y como me interesa sigo investigando (pero a mi bola, sin tutor, sin plazos, sin pagar tasas; y con aportaciones de gentes a las que no conozco pero que comparten mi interés por el tema y con las que me comunico).
Cuando terminé el Máster me juré que no volvería a pagar por tener ningún título. He aprendido más cosas,infinitamente más cosas, leyendo pr mi cuenta o charlando con colegas que durante los dos años de máster. En ninguna asignatura, ni siquiera en aquellas a las que no les dediqué apenas tiempo, saqué de nota menos de un 8. (¿Alguien suspende alguna vez en un máster?). La memoria de máster la empecé a hacer con una profesora que, harta de que la explotaran, terminó dejando la universidad en la que estaba. Así que me quedé sin tutora antes de terminar la memoria y aunque seguí en contacto con mi «ex» durante todo el proceso, a la hora de evaluarla me asignaron a una «tutora nueva». Pues qué bien. Me pusieron, eso sí, muy buena nota. (¿Se la leería alguien?). Cuando solicité el título me dijeron que tenía que pagar no sé cuántos euros por la expedición del mismo. ¿Pagar más? No tengo título. Sólo tengo un certificado de notas, que supongo que me valdrá de algo (aunque no estoy segura del todo)
¿Significa esto que he dejado de formarme? A nivel institucional sí. Porque no hay forma de «hacer valer» pertenecer a un grupo de eflexión/discusión on line, ni contribuir en un wiki, ni llevar un blog, ni hacer tus propias actividades, ni cuentan tus lecturas o las horas de discusión con otros colegas alrededor de un café o una cerveza, ni las tertulias a las que asistes… (porque el aprendizaje informal ya existía antes de internet, pero ahora es mucho más evidente, sencillo y colaborativo) Todas esas cosas no caben en un currículum ni en una convocatoria oficial, no dan puntos. Así que, ¿para qué meterse en «embolaos»?
Tendré que seguir con mis informes.
Pd: Me acaban de pedir que escriba un discurso para que un señor que cobra 10.000 euros al mes diga unas palabras en la ceremonia de clausura de un proyecto. ¿Ja! Que me dé al menos dinero para toner… O un certificado de participación.