Micro-actividades ELE (III): lugares abandonados y parecidos razonables

Las imágenes son siempre un material de partida estupendo para trabajar en el aula de ELE. Y a diario, por distintos cauces, nos llegan imágenes que podemos llevar al aula fácilmente, como estas dos series de fotografías que he visto esta semana en la red:

Viendo estas fotos no he podido evitar pensar que podrían servir para que los estudiantes escribieran distintas historias, por ejemplo lo que hicieron sus habitantes (o los que trabajaban ahí, ya que hay varias fábricas, minas y parques temáticos) el último día, o las hipótesis de por qué estos lugares fueron abandonados.

También a partir de estas fotos M y yo estuvimos pensando el otro día una actividad de expresión oral para A1, para cuando se trabaja el vocabulario de la descripción física y las partes del cuerpo, las estructuras comparativas… «¿Se parecen o no se parecen?» Si el profesor aprovecha y lleva unas fotos de él y sus hermanos (si los tiene), mejor.

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¿Te apetece venir un rato a mi clase?

Hoy me tocaban horas de despacho en la Universidad. Mi compañera de fatigas (@VRuizT) ha venido a buscarme: ¿Estás haciendo algo urgente? ¿Te apetece venir a mi clase un rato? Y me ha invitado a participar en una actividad con sus estudiantes.

En clase habían estado repasando el futuro y haciendo predicciones para una pitonisa inventada, la adivina Fernanda, a la que se imaginaban negra y fumadora de puros.  Y necesitaban a alguien con quien practicar. Así que me he presentado, les he contado algunas cosas sobre mí, me han hecho un par de preguntas y les hemos dejado cinco minutillos para que, por parejas, escribieran unas cuantas predicciones sobre mi futuro. Luego, muy profesionales, se han sentado delante de mí en pose de adivinos y, unos «leyéndome la mano» otros con los posos del café, me han dicho que viviré los próximos años en Sarajevo, que escribiré un libro y me haré famosa, que más tarde viviré en América, que me casaré con un chico llamado Rafik y que tendré muchos hijos.

Como adivinos no creo que hayan acertado mucho, pero como práctica de clase ha sido estupenda, divertida y además cumplía todas las condiciones de una actividad comunicativa: Transvase de información, vacío de información, dependencia interna y retroalimentación. Repetiremos.

En clase de bosnio III: ¿lo qué?

Creo que todos los profesores de lenguas extranjeras deberían, a la vez, a su vez, estar aprendiendo una. Ya lo he dicho en alguna ocasión por aquí (en concreto en esta entrada). Y es que en la clase de bosnio de hoy he estado pensando en lo mal que lo deben pasar todos los estudiantes de A1 de todas las lenguas del mundo.

De cada frase que ha dicho hoy la profesora dando explicaciones o instrucciones para hacer un ejercicio he entendido una, a lo sumo dos..,  Y he visto que mis compañeras estaban más perdidas que yo. Nuestras caras debían ser dignas de ver…

lo queHa habido un rato en el que no dábamos pie con bola… La profesora nos estaba diciendo que hiciéramos tal y tal cosa y nosotros nos mirábamos unos a otros sin saber qué demonios teníamos que decir o hacer. Entonces ella repetía, hacía algún gesto que ayudaba a entender que se trataba de algo de «escribir», o de «escuchar», pero el meollo seguía siendo opaco. Y tampoco nosotros podemos explicarnos mucho…

Pongo un ejemplo. En una frase había una palabra nueva que una compañera no sabía pronunciar, así que la intentaba leer con esa pronunciación titubeante y como preguntando «¿lo estoy diciendo bien?». La profesora ha interpretado el tono interrogativo de la chica como que le estaba preguntando si la desinencia era correcta, ya que nos estaba explicando el genitivo, así que ha comenzado a repetir las terminaciones del genitivo para masculino, femenino y neutro… Ninguna nos hemos atrevido a decirle: no, no, no es eso… El profesor manda, ahí subyace ese miedo ancestral a preguntar en clase del «estudiante avestruz», que esconde la cabeza cuando viene el peligro.

Mi otra observación sobre la clase de hoy: las cuatro chicas que vamos al curso (éramos más, alguna ya ha desertado) vivimos y trabajamos en Sarajevo. Tenemos que saber decir cosas como «No quiero bolsa de plástico, gracias» o «¿Cuál es la ventanilla para pagar esta factura?». Nuestras necesidades comunicativas  deberían  estar presentes en la clase. No solemos abrir las ventanas por la mañana para contarle a gritos al vecindario que somos fulanito, somos de x país  y tenemos x años.  No le decimos a nuestro compañero de asiento en el tranvía si nos hemos lavado los dientes ni le preguntamos qué suele desayunar, pero sí podríamos preguntarle si se baja en la siguiente. Basta de obligarnos a hacer frases como «Almir Popovic es ingeniero y es de Doboj»  (pero si ni siquiera sé dónde está Doboj!!). Necesitamos contenido significativo. Y necesitamos practicarlo de alguna manera menos estresante que en un interrogatorio y que no nos haga sentir estúpidos haciendo diálogos de besugos (ver entrada anterior). Y también aprendemos cosas fuera de clase, bastantes, y más útiles. Y eso habría que integrarlo en el aula de alguna forma

Querida profesora: ¿Quieres que practiquemos los paises, las nacionalidades y las profesiones? Ponnos a adivinar personajes. O preséntanos a los famosillos del país. Vivimos aquí y así podremos saber un poco quién es quién cuando los veamos por la tele o en un cartel por la calle. ¿Quieres que practiquemos los números? No sirve de nada que mi compañera me dicte su número de teléfono (inventado, además: yo como hay números que no sé decir, no los uso…). Tráenos un menú de un restaurante y pregúntanos qué podemos comer con x presupuesto, o un folleto del super y pregúntanos cuánto valen las naranjas donde compramos habitualmente, yo qué sé…

Al llegar a casa me he dado cuenta de que en el libro que usamos en clase lo primero que viene es un glosario de instrucciones para la clase: contesta, repite, trabaja en parejas, completa las frases, une con flechas, cambia… esas cosas que ocupan la mayoría de la charla del profesor en los niveles más bajitos.  Acabáramos!! ¿Por qué no le habrá dedicado la profesora un poco de tiempo a esto?

En fin, la semana que viene más.

Profesor de ELE: No es profesión para viejos

Eso me comentaba ayer un amigo que trabaja como profesor de español en una academia en Madrid. Que una compañera le había dicho que iba a empezar a buscar trabajo «en serio», que ya tenía «una edad» y que no se veía de profesora de español toda su vida, que había sido lectora y asistente de conversación por esos mundos, pero que ya estaba bien de marear la perdiz y que había que sentar la cabeza.

Mi amigo, que por fin tiene un contrato semidecente en una escuela de ELE de la capital, decía que en las academias buscaban a profesores jóvenes, veinteañeros, activos, frescos, dinámicos, entusiastas, cercanos a la edad media de los estudiantes, en general también gente joven.  Y él también compartía ese temor.  «Ahora tengo 32, pero no sé qué pasará dentro de unos años…»

¿Acaso está asociado ser profesor de español con ser joven? ¿Acaso ser joven va estrechamente ligado a ser dinámico o entusiasta? Yo conozco a bastantes viejóvenes dando clases por ahí.

¿Es que hay profesiones sólo para jóvenes? No, es que hay empresas que se aprovechan de ellos.

noesprofesion

No conozco a muchos profesores de ELE mayores (aunque los que conozco son la prueba que desmiente el título del post) tal vez porque es una profesión «relativamente» nueva, pero sí conozco a miles de profesores de todas las edades.  ¿No decían que la experiencia era un grado?

A mis treinta y tantos, a punto de embarcarme en la aventura de un nuevo destino y, de nuevo, con beca y sin cotizar,  me parece que ser profesor de ELE es para el que lo quiera ser.

[ACTUALIZO: la conversación en twitter con @monfor, @fatimack saca a relucir lo que hay debajo de la alfombra: precariedad laboral]

Estudio español para…

En didáctica de las lenguas extranjeras se habla de la importancia de la motivación para aprender un idioma y de lo importante que es contar con las necesidades y los intereses de los aprendices  a la hora de programar un curso.

Normalmente es en las primeras horas con un nuevo grupo cuando se habla de estas cosas.

– ¿Por qué habéis elegido estudiar español?

– Porque es bonito, fácil (más que el alemán, el ruso…), porque me gusta España, porque tengo un amigo/a español (colombiano, mexicano, argentino…)…

Pocas veces dicen que por motivos laborales. Y eso que haberlos haylos, porque en Albania, ahora mismo, aprender idiomas tiene una salida laboral evidente de la que nadie suele hablar. Muchos de los estudiantes de español de la facultad de lenguas extranjeras de Tirana- y también los de alemán, italiano, francés…- salen de clase, se sientan delante de un ordenador, se calzan los auriculares y pasan unas horas- mal pagadas-  al día vendiendo seguros, cremas, atendiendo a clientes de aerolíneas, de compañías de teléfono… Y adquieren una nueva identidad si su nombre suena demasiado raro o poco español (o italiano, francés, alemán) y se enfrentan con el español que han aprendido en clase (y viendo telenovelas, o bailando reguetón, o leyendo a Cervantes, que también los hay) a señoras que se han dejado la comida en el fuego para atender una llamada telefónica o a señores encabronados porque les han facturado dos veces el mismo billete a Roma o a tipos que llaman preguntando si pueden volar con una urna funeraria con las cenizas del abuelo.

El pobre albanés que no sabe lo que es una urna funeraria se mete en un berenjenal y hace que el tipo que se ha quedado sin abuelo pierda la paciencia; luego el teleoperador, tras la llamada monitorizada por alguien con más experiencia, perderá su trabajo  por incompetente (basado en hechos reales).

La señora que dice: «mira bonita, es que ahora tengo mucha faena» probablemente no sabrá que, cuando cuelgue, la chica con la que acaba de hablar y que quería venderle una crema anticelulítica  irá a buscar «faena» en el diccionario porque no sabe si es que la señora está enferma o qué le pasa.

Y como estos ejemplos hay miles. Aquí, por ejemplo, un cliente se pregunta «por qué los teleoperadores son extranjeros» y aunque comentarios como estos tienen en ocasiones tintes xenófobos muchas veces surgen porque el servicio que prestan no es de calidad).

Y sin embargo, pese a que sabemos que este es el futuro más cercano que les espera ni lo mencionamos en clase. Pensamos que todos van a ser profesores o investigadores o traductores, pero no es así.

Estos pobres jóvenes albaneses, que trabajan en condiciones de semi-esclavitud para estas empresas- haciendo trabajos a veces necesarios (la atención al cliente, por ejemplo) pero en su casi mayoría inútiles y engorrosos (telecomercial de productos «milagrosos» o de saldo; de ofertas engañosas…)- siguen un guión en el que no vienen ni todos los supuestos ni todas las posibles respuestas y no tienen las herramientas necesarias para desempeñar su función con éxito. Este éxito comunicativo, que debería ser el objetivo del aprendizaje, no está muy presente en sus clases. Hay mucha gramática y listas de vocabulario y expresiones, e incluso canciones y  juegos en las aulas y en los manuales, pero hay muy poco contenido sociocultural, poca pragmática, poco desarrollo de estrategias de comunicación en la práctica diaria, en las aulas de ELE por esos mundos. Hay mucha fiesta típica y gastronomía y Machupichu y Sagrada familia y hasta «marca españa», pero poco reflejo del día a día de la gente que se comunica en español (o la lengua que sea) que no esté idealizado y poca referencia al día a día de los estudiantes. Y es normal.  La mayoría de los manuales tienen un contenido lo más general posible, para que puedan servir igual en Japón, en Alemania y en Gana.  Y las programaciones de las universidades no contemplan que sus alumnos vayan a ser camareros en zonas turísticas o teleoperadores. Así que todo queda en manos del profesor, que hará algo si es consciente de todo esto, o si sabe y puede. Y muchos profesores no nativos, además, no tienen un conocimiento profundo de los usos y costumbres de todos los hispanohablantes del mundo. Normal.

Pero es que si estos chicos no controlan cuándo y cómo tratar de tú o de usted; o cómo manejar la cortesía verbal- cómo ser persuasivo sin ser maleducado, cómo ser rápido y eficaz sin ser borde…, cómo dorarle la píldora al receptor, o cómo solucionarle un problema delicado o poco común que no salga en su guión- tal vez se queden sin trabajo.

míralos, qué sonrientes y felices…

Y una última cosa. Señores que manejan los callcenters en Albania: pongan un sueldo decente a estos chicos, que necesitan un nivelazo en español (nivel que probablemente ustedes no tengan en ningún idioma, y eso que ganarán infinitamente más que ellos). Y albaneses míos, no aceptéis trabajar por cuatro perras por mucho que os parezca que lo necesitáis y que por algo hay que empezar y que fregando escaleras o de camarero se gana menos. Ellos os «necesitan» a vosotros, y no sois muchos (el español no se estudia ni se habla mucho ni desde hace mucho en Albania) y estáis haciendo un trabajo superespecializado.  Valoraos y haceos valorar.

Hace unos años, cuando estuve en Rumanía, ya me planteaba algo parecido. Pero entonces mis estudiantes emigraban, o lo intentaban, para ser explotados en España. Ahora ya no tienen que emigrar, son explotados en sus propios países.

Micro-actividad ELE (II): comprensión auditiva y origami

Lo normal en un ejercicio de comprensión auditiva es que los estudiantes escuchen un audio (generalmente «artificial», es decir, con un ritmo más lento que el normal, una entonación poco natural y una pronunciación exageradamente clara) y contesten después las preguntas que se proponen. O rellenen huecos. ¿Por qué no comprobar si han comprendido bien o no de otro modo?

Micro-Actividad ELE (II): origami

Se pone a los estudiantes un audio  en el que se den las instrucciones para hacer una figurita de papel (una pajarita, un barco, una flor…). El objetivo es seguir las instrucciones correctamente y que cada estudiante consiga hacer su figurita.

No he encontrado ningún audio, pero sí vídeos, como este:

Se podría escuchar sólo el audio y ver si con eso es suficiente. Y después hacer las siguiente audiciones también con las imágenes.

O se podría escoger un vídeo sin audio y que los estudiantes le añadan las instrucciones