Tengo un grupo de alumnos que no vienen mucho a clase- no asisten a clase en general, prefieren estar en las terrazas de los cafés que hay alrededor de la facultad, y más ahora que hace buen tiempo- así que he tenido que inventarme el modo de hacerles participar.
Un día que no encontrábamos aula (esto suele suceder con bastante frecuencia) nos fuimos a tomar un café y estuvimos hablando sobre las telenovelas, a casi todos les gustan y las ven y, además, viéndolas aprenden español.
Una de las cosas que más suele sorprender a los españoles cuando viajan por el mundo es que la gente aprende español con Rubí, Casandra y Betty la fea – profesoras involuntarias, sin másteres ni becas, sin saber nada del MCERL o de usos de los subjuntivos, ni de tics, ni de motivación, ni de clase centrada en el alumno, pero que hacen más por la difusión del español que cien institutocervantes juntos- y que casi todas las mujeres (y hombres, aunque estos no lo confesarán jamás) con las que se crucen sabrán decir alguna frase o les entenderán gracias a esos ratos delante de la tele siguiendo las peripecias de sus protagonistas.
Entre bromas y veras dijimos que podíamos hacer una com proyecto de clase. Partimos de las frases más típicas, que han escuchado mil veces:
«Me has engañado»
«Estoy embarazada. El hijo es (o no es) tuyo»
«Nuestro amor es imposible»
Y cosas así.
Nuestro punto de partida eran todos estos tópicos y que la historia tenía que desarrollarse en un escenario real. Así que nuestra telenovela va a ser una historia de amor, entre una profesora y un alumno, con los enredos típicos, engaños, paternidades ocultas, equívocos… Yo sólo me he dedicado a tirarles de la lengua y a poner un poco de orden en la sucesión de los acontecimientos. Ellos han decidido el título de la telenovela (La fuerza del amor), los nombres y características de los personajes (protagonistas muy buenos y guapos, sus amigos, los personajes negativos que intentan impedir la felicidad de los protagonistas…). Desde hace dos semanas les tengo pensando en escenas, diálogos, en cómo son los personajes… Y nos lo pasamos muy bien, y vienen a clase, y hablan y participan. Y pueden usar los tiempos de pasado, el vocabulario de la familia y todas esas estructuras y palabras que vienen en el libro y a las que no estaban sacándoles partido.
Además estamos viendo cómo se construyen estas historias, cómo usar el suspense y los zooms y las voces en off, cómo reirnos de nosotros mismos. Tenemos un mes para sacar adelante «La fuerza del amor».
Mira que me gustan poco los culebrones, pero les reconozco el merito y la utilidad. No es la primera vez que uso las telenovelas en clase. En Bucarest ya me sirvieron para tratabajar el español de América. Había telenovelas de casi todos los países asi que, por grupos, analizaron el español de Argentina, de Venezuela, de Colombia, de Perú o de México.
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sabes tienes muchísima razón sobre las telenovelas… tengo tres amigos albaneses por msn y uno en especial sabe hablar algo de español pero básicamente por las novelas, en especial La Hija del Jardinero, Amigas y Rivales entre otras, mira, quien hubiera pensado, lo que para nosotros es pérdida de tiempo, en otros países sirve para aprender un idioma.. y muchísimas felicidades por buscar que tus alumnos se interesen en tus clases e innovar con tus métodos de enseñanza, eso hace un buen maestro…
sera bien pero bien mal
osea no ma sale la neta
Te he dejado un premio en mi blog, es en el de educadorasocialpsicologa.blogspot.com
Saludos
Bueno, la vida académica de Tirana no es que sea relajada. Lo que pasa es que el español es sólo seguda, o más aún, tercera lengua, o sea, una «maría». De hecho muchos de mis alumnos del primer semestre han dejado el español para hacer deporte, porque así no tienen que estudiar.
Y no me envidies, que «los mayores» no se distinguen mucho de tus chavales de bachillerato…
Tú lees cien años de soledad con ellos, yo hago telenovelas… A García Márquez le encantaría oirnos.
un saludo
He tenido alumnos rumanos que han llegado a España sabiendo ya español elemental gracias a las series que citas. Desde un punto de vista cultural parece sorprendente que puedan hacer mucho más por la lengua estas series que veinte institutos Cervantes.
Por otro lado, veo que la vida académica en Albania es relajada. Ya me gustaría estar ahí con alumnos mayores viviendo en unas circunstancias tan especiales. Ahora tengo que ir con mis alumnos de bachillerato a terminar de explicar Cien años de soledad. Casi nos ha llevado dos meses la lectura de la novela de García Márquez. Recibe un cordial saludo desde Cornellà. Bien por tu post de las seis palabra y tu comentario en el blog de la clase.